Odontología conservadora menor

Para mantener una buena salud dental es importante realizar revisiones periódicas. Tanto en la primera visita como en las posteriores consultas el especialista correspondiente establecerá de manera individualizada la frecuencia adecuada de revisiones. Una vez hemos visto al paciente y realizado las pruebas diagnósticas que necesitemos realizaremos un plan de tratamiento inicial para poder dar al paciente un presupuesto individualizado. Cualquier tratamiento dental comenzará con un saneamiento de la boca: tratamiento periodontal básico en caso de presentar problema en las encías y tratamiento conservador.

La odontología conservadora es la parte de la odontología que se encarga de restaurar las lesiones leves y moderadas de la estructura dentaria. También debe de ir enfocada a realizar tratamientos menores que protejan al diente de mayores lesiones y/o desgastes: hay patologías leves que comienzan por desgastar o lesionar el diente en pequeñas zonas y que se encuentran en un estado inicial o medio en el que restaurar el diente puede implicar eliminar demasiada estructura dental sana.

Los tratamientos más habituales que se realizan en esta área son:

  • Es el tratamiento que elimina el tejido cariado y lo repone con otro material.

Hasta hace un tiempo se empleaba la amalgama de plata (empastes grises) ya que no existían los materiales actuales y cuando empezaron a aparecer los composites (empaste blanco) la adhesión dental no estaba tan avanzada como actualmente. Este material presentaba la característica de expandirse después de su aplicación. Esto tiene la ventaja de asegurar un buen sellado de la cavidad que había dejado la caries y que teníamos que restaurar. El problema por el que hoy en día no se emplea es que en su composición contiene mercurio, siendo éste un material que puede liberar vapores tóxicos.

Actualmente las obturaciones o empastes se realizan con composites o cementos de vidrio ionómero. Tienen diferentes características de aplicación, manejo, resistencia y estética. Dependiendo de la localización de la restauración a realizar se empleará un material u otro.

Si por ejemplo la restauración va a hacerse en un molar o en un premolar, piezas cuya función es la masticatoria, escogeremos un material con mayor resistencia al desgaste y a las fuerzas oclusales.

Si por el contrario se trata de un diente de un sector anterior, la estética tendrá una importancia mayor y escogeremos un material con propiedades estéticas más avanzadas.

Es importante que se realicen las obturaciones eliminando sólo el tejido afectado, para ello empleamos instrumental de tamaño micro, tanto en instrumental rotatorio como manual, y que el instrumental para realizar la restauración también sea de tamaño reducido y específico para cada tipo de restauración. Todo ello permitirá reproducir la anatomía dentaria de la manera más fidedigna. A conseguir este objetivo nos ayudan también los materiales que empleamos de última generación: composites específicos para cada problema, adhesivos potentes, gama de colores amplia y específica para reproducir cada diferente capa del diente (no es lo mismo reproducir dentina que esmalte, y no es lo mismo la parte del cuello del diente que el borde incisal) y tintes que en manos de un especialista devuelven la naturalidad a los dientes.

El uso de diagnóstico por láser con Diagnocam Kavo (Imagen sin radiación) nos ayuda a delimitar la extensión de la lesión antes de comenzar la restauración.

El empleo de cámara intraoral también ayuda, sobre todo a la comunicación con el paciente, no sólo para explicarle la lesión y el tratamiento, sino para que identifique aquellas zonas que precisan de mayor cuidado o revisión porque pueden presentar lesiones incipientes que de momento sólo vamos a controlar o porque el paciente tenga propensión a desarrollar caries y lesiones en zonas específicas: hay quien tiene los surcos de la anatomía dental muy marcados, y por tanto  será más fácil que ahí aparezca una caries, otros presentar caries en los puntos de contactos, viéndolo el paciente entenderá que el uso de la seda en su caso es vital.

Cuando una obturación es muy extensa y tiene que restaurar de manera extensa 2 o más paredes del diente se denomina gran reconstrucción.

Este tipo de restauración requiere de más tiempo para realizarse, de métodos especiales y medios adicionales, tanto para conseguir un buen aislamiento como para garantizar una correcta adhesión que consiga un buen sellado en la zona de unió al diente, ya que cuando hay lesiones que afectan de manera extensa suelen rebasar en muchas ocasiones el límite con la encía y por tanto la unión restauración- diente estará subgingival (debajo de la encía). En esos casos la adhesión está más comprometida: difícil acceso, zona en la que se unen esmalte y cemento (el material que recubre la raíz, que es más sensible y necesita de materiales especiales para que adhieran bien sin provocar hipersensibilidad) y entorno húmedo (en la zona de la encía existe un fluido gingival que es difícil de controlar, y la mayoría de los adhesivos funcionan peor en ambientes húmedos).

Todas estas circunstancias hacen que se requiera un aislamiento muy minucioso y que los materiales que empleamos sean de muy alta calidad y adaptados a todas estas limitaciones. La tecnología y materiales de última generación que empleamos en Ortodoncia MGD nos permiten conseguir grandes reconstrucciones con una vida útil más larga. Materiales.

En aquellos casos en los que la superficie dental, en especial la masticatoria (oclusal) está erosionada o desgastada, lo ideal es reconstruir y reponer la superficie que se ha perdido.

Esta agresión al esmalte, y en casos más extensos hasta la dentina, se produce por factores mecánicos físicos y por factores químicos. Dentro de los factores físicos el más importante es el bruxismo en sus dos formas de presentación: apretamiento dentario y rechinamiento. Rechinar los dientes es una para función que presentan muchos pacientes, fundamentalmente es un hábito nocturno y en muchas ocasiones tiene relación con situaciones de estrés. Prolongado en el tiempo va desgastando el esmalte y cuando esta capa externa del diente desaparece comienza a extenderse el desgaste a la capa de dentina. Bruxismo y ATM. El desgaste de origen químico se produce por la destrucción de los tejidos dentales que provocan los ácidos. La caries progresa por los ácidos que originan las bacterias en su metabolismo, pero tiene una asociación con presencia de bacterias. En estos casos la agresión no está relacionada con agentes microbianos. Son agresiones originadas directa o indirectamente a través de la dieta. Puede ser por ácido proveniente directamente de la ingesta de algunos alimentos o sustancias: limón, otros cítricos, bebidas isotónicas… Otras veces el ácido se origina por ejemplo en pacientes que sufren de reflujo gástrico, por patologías que provocan vómitos de repetición.

Lo más frecuente es que las lesiones que se originan por todos estos mecanismos afecten a toda la boca o a sectores amplios de ella. Esto hace que la reconstrucción de todas las lesiones sea un trabajo extenso y por tanto costoso. Con la dificultad añadida de que muchas veces no podamos reconstruir en fases o por partes: si hemos ido sufriendo desgaste gradual en las caras masticatorias de los dientes, poco a poco habremos ido perdiendo altura en las coronas dentarias y en última instancia acabamos por perder altura en toda la boca que llega a afectar a la altura del tercio inferior de la boca. Esto origina problemas estéticos con pérdida del soporte de los labios y envejeciendo la cara del paciente. Pero aún más serio es el problema que se va produciendo en las articulaciones de la mandíbula: al decrecer la altura de los dientes la mandíbula hace un arco de cierre mayor y recorre una mayor distancia en el cierre. Gradualmente el cóndilo (extremo) de la mandíbula empieza a apoyar sobre la cavidad del cráneo en una zona que no es la correcta y se comienzan a producir desgaste s en esa zona afectando a todas las partes de la articulación, incluyendo lesiones en el menisco. Esta patología articular puede ser reversible en estadios iniciales, pero posteriormente se producen ya cambios estructurales definitivos y se origina una patología dolorosa en muchas ocasiones y difícil de resolver.

Si restauramos la altura perdida sólo de una parte de la boca haremos que la boca “cojee” y podríamos originar problemas mayores.

Dado que la reconstrucción completa es costosa y además suele ser difícil de percibir y entender por parte del paciente, no podemos cruzarnos de brazos y en Ortodoncia MGD estamos en constante evolución y formación para buscar alternativas temporales que nos puedan ayudar a proteger los dientes, especialmente los que presentan una estructura más débil.

El tratamiento preventivo de elección es el uso de férula de descarga. FÉRULAS DE DESCARGA. Pero cuando el bruxismo está presente también de día, cuando el desgaste es de origen químico (incluso en pacientes usuarios de férulas de descarga por estrés se observa a veces evolución del desgaste y se ha demostrado que el estrés produce también un mecanismo que origina ácidos en la cavidad bucal), la férula no va a proteger de todos los agentes causales.

En esos casos recurrimos a nuevos materiales que nos ayuden a proteger esas superficies erosionadas y debilitadas. Trabajamos aplicando diversos tipos de productos y barnices según cada caso. Todos ellos van enfocados a dotar al diente de una película protectora que además ayuda a la remineralización parcial de esas zonas. 

Estos barnices van a ayudar a proteger las superficies dañadas para que las lesiones al menos no sigan progresando al mismo ritmo. Hay que repetirlas cada 6 meses. En esas revisiones iremos monitorizando el avance de la patología, buscaremos el mejor momento para proceder a la restauración: en algunos casos la demora es por un motivo económico, pero en otros decidiremos no restaurar hasta que la causa del desgaste no se haya estabilizado.

También podremos enseñarle zonas de hipomineralización para que vean qué zonas de sus dientes son más frágiles. Y en los casos de desgastes es de gran ayuda que el paciente vea esas zonas erosionadas si queremos que cambie alguno de sus hábitos como el cepillado agresivo, la ingesta de sustancias erosivas como por ejemplo el limón, bebidas energéticas, o que emplee férula de descarga para controlar el bruxismo.

Trabajar con lupas ópticas de aumento también aumenta la precisión en nuestras restauraciones: tanto en la preservación del tejido sano como en la reproducción de los detalles dentales y en la consecución de correcto sellado en las zonas de unión al diente.

El uso de materiales de la más alta calidad y del instrumental y tecnología más avanzado y preciso nos ayuda a conseguir tratamientos menos invasivos, que provoquen menos sensibilidad postoperatoria y menos molestias y que tengamos menos índice de recidivas teniendo las restauraciones una duración mayor.

Las obturaciones reciben diferentes nombres según la zona del diente que restauren. Cuando la lesión es muy pequeña y de fácil acceso se denominan obturaciones simples.

Denominamos así a las obturaciones que se realizan en la cara vestibular o externa de los dientes anteriores. Son restauraciones de extensión menor que las carillas dentales (que cubren por completa esa cara externa) pero que requieren de una técnica de realización similar a la de las carillas de composite aunque en menor extensión.

Al restaurar áreas menores que una carilla no suelen precisar de un estudio y encerado previos a la realización en boca (como un ensayo en cera en un modelo de escayola o bien una simulación en ordenador en un modelo 3D). Esto reduce tiempos y costes.

Tienen como dificultad extra respecto a las carillas que, al no restaurar toda la cara del diente, la restauración tiene que mimetizarse e integrarse totalmente en la estructura dental remanente.

Son obturaciones por tanto más complejas en su realización que el resto y emplean materiales aún más avanzados y se suelen necesitar diferentes tipos en una misma restauración: opacificadores, tintes, barnices…

Un inlay es una incrustación que no recubre cúspides. Es algo así como un “empaste a medida”. En vez de realizar la reconstrucción en boca, se realiza en el laboratorio sobre un “molde” del paciente. Actualmente realizamos estas incrustaciones a través del laboratorio, pero con un proceso totalmente digital: desde la toma de impresiones que ahora hacemos mediante escáner intraoral LINK A ESCÁNER INTRAORAL, hasta el diseño de la incrustación que se realiza por ordenador.

El paciente acude a la clínica, cuando se evalúa el tipo de lesión del premolar o molar, se establece el grado de dificultad en reproducir a “mano alzada” la anatomía de la pieza y/o la capacidad para conseguir un correcto sellado en boca, se decide y se recomienda al paciente si es preferible realizar una obturación, o si por el contrario está más indicada una incrustación tipo inlay (en casos más extensos nos decantaremos por un onlay o incluso una corona. Incrustaciones y prótesis.

Si hemos decidido realizar una incrustación el proceso inicial es similar a la realización de una obturación, varía ligeramente en cuanto a que realizaremos la limpieza de la caries o eliminación de la lesión prestando atención a que la forma de la cavidad sea adecuada para poder luego insertar la incrustación. A continuación, en lugar de empezar a “rellenar” la cavidad con nuestro material de obturación, lo que hacemos es escanear la pieza, las adyacentes y las antagonistas, tomamos registro fotográfico y tomamos el color. Todos estos registros se envían al laboratorio para que puedan elaborar el inlay. Sellamos la cavidad con un material de obturación provisional y citamos al paciente en unos días para el cementado del inlay y ajuste oclusal si fuera preciso.

La incrustación se va a diseñar de manera digital, lo que nos permite mantener una comunicación con el laboratorio que no sólo diseña lo que hemos prescrito, sino que nos ofrece la capacidad de revisar el diseño y modificarlo. El diseño digital aumenta la precisión, facilita la comunicación con el ´técnico de laboratorio y acorta tiempos. Una vez diseñada y aprobada, se confecciona, para ello los laboratorios con los que trabajamos tienen entre su maquinaria de última generación fresadoras que son capaces de tallar sobre un bloque del material restaurador que el odontólogo haya seleccionado, la incrustación.

Cuando llega a la clínica el trabajo sólo tenemos que eliminar de la pieza dental el material temporal que habíamos colocado, emplear las técnicas habituales de grabado (preparación química) de cada superficie dentaria, aplicación de los adhesivos necesarios y cementado del inlay. Este proceso es más rápido que cuando tenemos que elaborar toda la obturación en el sillón, si tenemos alguna lesión que se extiende hacia zonas de difícil acceso o en las que la contaminación por saliva o por el propio fluido que desprende la zona de la encía, el acortar este proceso reduce drásticamente el riesgo de que se contamine la zona, no quede perfectamente sellado y se produzcan recidivas en el futuro.

Endodoncia

Consiste en eliminar el nervio del diente y rellenar ese espacio con un material de obturación para dejarlo completamente sellado. La mayoría de las veces se tiene que realizar este tratamiento por presencia de una caries muy extensa que ha llegado a afectar al nervio. Puede ser que el diente doliera mucho hace tiempo y que ya no duela. Eso no significa que se haya resuelto el problema, al contrario, la infección sigue presente pero el nervio ha perdido la capacidad de respuesta y por eso no duele, pero puede haber supuración, puede doler la zona y puede que el problema no vuelva a dar la cara hasta que ya se haya afectado incluso el hueso de alrededor del diente.

Si ya se ha producido infección en la zona, el endodoncista indicará si hay que hacer algún tratamiento antibiótico previo a la realización de la endodoncia y hará distintas pruebas de imagen para poder hacer un diagnóstico lo más preciso de la extensión de la lesión. 

Una vez realizada la endodoncia irá monitorizando al paciente con la frecuencia que se determine en cada caso hasta que el foco infeccioso desaparezca o se controle totalmente.

En otras ocasiones la caries no ha llegado a afectar a la capa más interna del diente (la pulpa o cavidad pulpar) donde se encuentra el nervio, pero está tan próxima que o bien no podemos eliminar totalmente la caries sin lesionar la pulpa o intentamos restaurar la zona afectada por la caries pero pasado un tiempo el diente sigue doliendo y tenemos que optar por realizar la endodoncia. En estos casos avisamos al paciente y le explicamos las opciones. Empleamos productos que en algunos casos consiguen una regeneración de tejido en esa zona y evitan el tratamiento endodóntico. Pero no siempre es posible conseguir ese objetivo.

Estas son las endodoncias de dientes vitales. Durante su realización puede haber algún momento en el que necesitemos anestesiar el diente de manera más profunda, ya que el nervio no estaba afectado o no lo estaba completamente y por tanto conservaba parte de su sensibilidad y es por ello que el paciente puede sentir alguna molestia durante la realización de este tipo de endodoncias. Pero para ellos contamos con técnicas de anestesia intrapulpar para que el procedimiento se pueda continuar sin dolor.

Cuando se ha producido un trauma en el diente puede ser necesaria la realización de endodoncia si dicho trauma ha afectado al diente. El traumatismo puede ser directo cuando se ha fracturado el diente en gran extensión y ha quedado la cámara pulpar expuesta. Pero hay otros traumatismos que han podido afectar aparentemente sólo al borde incisal del diente pero se han podido producir un desplazamiento mínimo en el final del diente (ápice) que ha podido romper el paquete vásculo-nervioso (nervio y/o capilares) en la estrecha zona donde entran al diente.

El traumatismo puede no haber sido muy severo pero si justo ha afectado a esa zona el diente terminará necesitando un tratamiento endodóntico. Cuando evaluamos el diente tras golpe puede que aún presente vitalidad positiva o disminuida, o que el paciente no le de importancia al golpe porque se ha producido sólo una pequeña fractura y no le duele y no acude al dentista.

Estas lesiones muchas veces “dan la cara” con el paso del tiempo: se oscurece el diente y/o aparece una especie de bolita al fondo de la encía del diente afectado. El diente se oscurece porque el tejido del nervio y de los capilares dañados se va degradando con el paso del tiempo y va tiñendo el diente desde dentro. Además, al romperse el aporte sanguíneo el diente sufre una deshidratación que le da un aspecto más oscuro. En los casos en los que ha cambiado la coloración del diente suele hacer falta un blanqueamiento interno para recuperar el color perdido. (Blanqueamiento interno), si bien en algunas ocasiones en las que el cambio de coloración es suave y reciente puede que tan sólo con la realización de la endodoncia se recupere el color dental previo.

Prótesis

El área de prótesis se ocupa de restaurar la función, forma y estética desde dientes con lesiones más extensas, pasando por zonas más amplias de la boca, hasta la restauración de arcadas completas o incluso la boca en su totalidad. En función de la cantidad de estructura que el paciente haya perdido la restauración será más o menos extensa. Podremos restaurar con prótesis unitarias cuando se trata de un solo diente, más extensas, de apoyo dentario, de soporte implantológico, soluciones combinadas y como último recurso prótesis completa tradicional.

Por tanto, la clasificación será en función de cuántas piezas se vayan a sustituir o completar mediante la prótesis, en función del soporte de la misma (natural sobre diente o sobre mucosa y hueso, o artificial sobre implante y otros aditamentos protésicos) y en función del material.

En Ortodoncia MGD estudiaremos el caso desde una visión global usando siempre como premisa preservar el diente natural hasta el máximo de sus posibilidades, desde la odontología restauradora, la periodoncia (si no cuidamos los tejidos de soporte poco va a importar todo lo que hayamos restaurado el propio diente) y la ortodoncia. Pero en casos muy avanzados no podremos conservar la estructura natural ya que no tenemos suficiente cantidad o calidad para poder restaurar de manera eficaz, o bien porque el paciente ya acude a nosotros con pérdidas dentarias.

En otros casos la visión conservadora puede pasar por decidir extraer dientes antes de que se caigan por si mismos: esto se hace enfocado a que, una vez el pronóstico de esa pieza es malo a medio o largo plazo, es preferible perderla de manera controlada. De esa manera no se sigue perdiendo hueso y otros tejidos de soporte. Si se pierde el diente de manera descontrolada (muchas veces por una enfermedad periodontal no tratada o estabilizada) cuando queremos colocar un implante nos encontramos con que no hay soporte para hacerlo. Y en muchas ocasiones ni siquiera vamos a tener soporte suficiente para una prótesis convencional debido al colapso que sufren los tejidos cuando no se han cuidado, cuando han sufrido por efecto de las diferentes enfermedades infecciosas e inflamatorias de la boca, así como el proceso de envejecimiento natural. Para todos estos casos recurrimos a los implantes dentales  y a las soluciones protésicas que el apoyo de implantes nos puede ofrecer. Y los casos más complejos y con déficit de soporte mayor los solucionaremos con apoyo de técnicas para ganar hueso (regeneración ósea, injertos y sustitutos óseos, membranas, cirugía preprotésica…) 

El avance de los materiales y de las tecnologías, tanto de planificación como de fabricación de todos los elementos de las prótesis, nos permite devolver la función consiguiendo resultados muy estéticos, incluso en los casos más complejos.

Estudiaremos el caso y le explicaremos al paciente las diferentes alternativas de tratamiento aconsejándole y ayudándole a decidir la mejor opción en su caso. Dependiendo de los hábitos del paciente, de sus cuidados y de los requerimientos funcionales y estéticos de cada uno encontraremos la alternativa que mejor se adapte a sus necesidades.

Del mismo modo le orientaremos desde el aspecto económico: desde ofrecer distintas alternativas con diferentes costes, hasta orientar en la más conveniente (que no siempre tiene por qué ser la más costosa), y si la conclusión es que es preferible restaurar todo a la vez, o hacerlo con un tratamiento más costoso pero más duradero a largo plazo, ayudaremos al paciente con las formas de pago ofreciéndole financiación a su medida que le permita conseguir su mejor tratamiento sin que le suponga un sobre esfuerzo.

Prótesis fija dento-soportada: puentes, coronas

La prótesis fija dento-soportada es una restauración que sustituye a un área extensa del diente o de los dientes pero que apoya de manera unitaria sobre el remanente de diente (corona) o de manera múltiple sobre los dientes adyacentes (puente). Una vez colocada el paciente no tiene que preocuparse de ponérsela o quitársela ya que va cementada (pegada) a los dientes.

es lo que comúnmente se conoce como “funda”. Para colocarla hace falta tallar o recortar un pequeño grosor de la superficie externa del diente para hacer espacio para el grosor del material de la corona. La evolución de los materiales hace posible hoy en día colocar coronas de un grosor muy fino, sin por ello perder dureza y resistencia, manteniendo una buena estética. En función de la zona de la boca donde se vaya a colocar la corona se escoge el material más adecuado según los requisitos funcionales y/o estéticos: en molares buscaremos materiales más resistentes ya que se encargan de la masticación, al igual que en pacientes apretadores; en pacientes bruxistas (rechinadores) buscaremos materiales que aguanten el desgaste mejor, en dientes anteriores primará la estética… También tendremos en cuenta la cantidad de diente remanente a la hora de escoger el material para rehabilitarlo, así como las superficies antagonistas: si ya tenemos una corona de porcelana en una arcada, no debemos de rehabilitar con composite la antagonista ya que se desgastará en muy poco tiempo.

Aún seguimos empleando coronas de metal-porcelana, en las que hay una cofia de metal y sobre ella se coloca una capa de porcelana. Normalmente estas coronas se colocan en 3 citas: la primera para tallar el diente y tomar impresiones o escaneado del diente, la segunda para probar la estructura metálica y una tercera para ya la prueba y cementado definitivo. En el caso de coronas de zirconio también se hace una segunda cita, pero en este caso para prueba plástica, consiste en probar una réplica de la corona definitiva para asegurarnos que no haya problemas de ajuste el día que coloquemos la definitiva. Hasta que se coloca la corona definitiva se suele dejar el diente protegido con una corona provisional para que el diente se pueda dañar y para que no aparezca sensibilidad. En algunas ocasiones no se precisa de prueba de la cofia de la corona y el proceso se reduce a dos sesiones.

Hoy en día, por el avance de los materiales, podemos en muchos casos colocar coronas sin estructura metálica. Eso tiene la ventaja de necesitar menos grosor y por lo tanto de eliminar menos estructura dentaria, y además evita que con el paso del tiempo se pueda ver parte del metal si la encía se va retrayendo o que en la zona del cuello donde el grosor es más fino y el metal se podría transparentar.

A veces la cantidad de diente remanente después de prepararlo para la corona es tan reducida que hace falta agrandar esa estructura base, a eso se le llama construir un muñón. Para que se ancle bien al diente puede ser necesario realizarla alrededor de un poste, que es una especie de pilar que se introduce dentro de la raíz del diente y nos ayude a anclar toda la rehabilitación de la corona. Para eso es necesario que el diente esté endodonciado.

Cuando el diente presenta un grado avanzado de destrucción y necesita colocar una corona, nos podemos encontrar con que para hacer ese pequeño espacio para la corona tengamos que eliminar parte del poco material dentario o del esmalte que le queda al diente. O puede que la destrucción sea muy grande en una parte del diente, pero otras partes estén intactas. En esos casos valoraremos la opción de realizar una incrustación más extensa que un inlay. Es lo que se denomina onlay: una incrustación que rehabilita una o más cúspides. 

Se denomina así a la prótesis fija que se apoya en dos pilares (dientes o implantes) y lleva entre ellos una o varias coronas que se denominan pónticos. Esos pónticos sustituyen a las piezas perdidas. Si apoyan sobre diente son prótesis fijas dento-soportadas y si apoyan sobre implantes son prótesis fijas implanto-soportadas. En algunas ocasiones un extremo de la prótesis tiene como pilar un diente y el otro extremo un implante. Esta combinación de prótesis fija mixta la empleamos cuando el paciente ya presentaba implantes y dientes y no hay otra manera de restaurar el diente perdido entre ellos o el paciente rechaza otras opciones, ya que el reparto de fuerzas en prótesis mixtas como éstas es desigual ya que un implante y un diente no se comportan de igual manera en cuanto a la absorción de fuerzas, y lo ideal es que un puente tenga las fuerzas repartidas de forma balanceada en toda su estructura.

Hay ocasiones en que un puente se apoya sólo en un extremo, bien en diente o bien en implante, y lleva una corona como póntico en extensión. No es la mejor solución, pero la empleamos cuando en uno de los extremos no hay más dientes ni espacio para colocar implantes, si se trata de una solución a medio plazo hasta que el paciente se pueda colocar un implante para sustituir la pieza que falta y la que vamos a usar de pilar ya está lesionada y necesita una corona o ya tiene una corona, o cuando no queremos usar uno de los extremos como pilar por ser una pieza muy débil o que puede fracasar a corto o medio plazo.

Los puentes pueden por tanto ser de dos piezas si es una en extensión, o de más piezas. Lo más frecuente es que sean de 3 ó 4 piezas y que rehabiliten la ausencia de 1 ó 2 piezas. Si reemplazan la pérdida de más piezas la estructura total del puente será más débil y puede necesitar apoyarse en más de dos pilares. Cuanto más larga es la estructura más corta será su vida funcional y más cuidados requerirá.

Los motivos por los que cada vez recomendamos más sustituir las piezas perdidas con implantes en lugar de hacer puentes son:

  • Para realizar un puente necesitamos tallar y colocar coronas sobre las dos piezas que vamos a usar como pilares, y en muchas ocasiones son piezas sanas o que no necesitan coronas.
  • Si uno de los pilares falla, falla toda la estructura
  • La zona de hueso bajo el póntico se va a ir reabsorbiendo cada vez más al no tener el estimulo de un diente o un implante. Cuando se pierde hueso se pierde el soporte de los tejidos blandos y la encía va retrayéndose y la estética de esa zona disminuye
  • La limpieza debajo de un puente es más difícil que en piezas unitarias y el acúmulo de placa hará que los tejidos sufran más.

La distribución de las fuerzas nunca será igual que en dientes unitarios y con el paso del tiempo las piezas pilares sufrirán los efectos de sobrecarga oclusal al estar absorbiendo parte de las fuerzas que recibe el póntico (la pieza colgante).

Prótesis removible: parcial o completa

Las prótesis removibles rehabilitan zonas edéntulas y restauran la función y estética de varias piezas perdidas, pero son de quita y pon. No van fijas ni adheridas a ninguna otra estructura. El motivo fundamental para escoger este tipo de prótesis es por la imposibilidad de anclar la prótesis sobre dientes suficientemente estables, por ausencia de suficientes dientes o por imposibilidad de colocar implantes. En algunas ocasiones es el paciente el que decide decantarse por este tipo de prótesis o se evalúa el paciente y se establece que una prótesis removible puede ofrecer ventajas.

Por ejemplo, en pacientes discapacitados o de edad muy avanzada, donde una prótesis fija puede resultar difícil de mantener desde el punto de vista de la higiene dental. O pacientes médicamente comprometidos donde un tratamiento combinado con implantes presenta excesivos riesgos o no se puede realizar sin un tratamiento quirúrgico o regenerador para recuperar el hueso y el soporte perdido, y dicho tratamiento no se puede realizar sin excesivos riesgos por las patologías del paciente.

También los nuevos materiales han permitido una mejora en la adaptación, comodidad y estética de estas prótesis. Hoy en día tenemos a nuestra disposición materiales de última generación que aportan flexibilidad extra y reducen los problemas típicos de estas prótesis: al tener menos soporte en dientes, implantes o hueso, se tendían a mover provocando molestias, llagas, problemas en la dicción y en la masticación. También a nivel de estética se consiguen algunas mejoras al poder imitar aún mejor el diente natural y hasta la encía.

(lo que conocemos como dentadura postiza) sustituyen a todos los dientes de una arcada.

Las prótesis parciales son las que rehabilitan una parte de la boca. Las prótesis removibles parciales pueden tener una base de soporte metálica o de acrílico, así como los diferentes sistemas de anclaje y sujeción pueden ser de ambos materiales.

Hay ocasiones en las que estas prótesis removibles son sólo soluciones temporales hasta que se puedan colocar las prótesis fijas, por ejemplo, cuando se ha realizado un procedimiento de regeneración ósea. En esos casos hay que esperar un tiempo hasta que se pueden colocar los implantes o se pueden cargar los dientes tratados. Para que el paciente pueda pasar esos meses con una calidad aceptable de función y estética mientras que los tejidos se regeneran y podemos colocar la restauración definitiva

Prótesis implanto-soportada: unitaria o múltiple.

Hoy en día empleamos los implantes dentales no sólo para restaurar dientes de manera individual, sino también como pilares y soporte de prótesis de diverso tipo. Esto ha hecho que las rehabilitaciones completas de la boca sean una realidad en pacientes en los que hace años no conseguíamos más que una rehabilitación parcial. 

Al igual que la prótesis dento-soportada, este tipo de prótesis también puede ser unitaria o múltiples. Los tipos de prótesis implanto-soportadas más frecuentes son:

Los implantes remplazan a las raíces dentarias y sobre ellos hay que colocar una corona. Juntos conforman una unidad equivalente al diente natural. Las coronas que se colocan sobre los implantes se conectan a éstos mediante unos dispositivos conectores y pueden ir atornilladas o cementadas.

Solemos preferir las coronas atornilladas ya que facilitan el proceso de sustitución cuando la corona sufre daños, así como el mantenimiento periódico que tanto los implantes como las coronas sobre implantes necesitan para alargar su vida útil, al igual que los dientes naturales necesitan de unos cuidados diarios por parte del paciente, así como unos cuidados y revisiones cada ciertos meses por parte del odontólogo.

Tienen la misma función que los puentes realizaos sobre dientes. Emplear este tipo de prótesis permite reducir el coste de la rehabilitación, pero también permite restaurar zonas en las que no es viable o necesario colocar mayor número de implantes.

Estas revisiones son fundamentales y en Ortodoncia MGD establecemos unos protocolos de mantenimiento periódicos individualizados para cada paciente. No se trata sólo de hacer una revisión anual. Hay pacientes que necesitan una revisión anual, pero otros semestral, otros cada 8, cada 10 meses, y algunos puede que sólo cada año y medio. Y hay patologías que requieren mantenimientos más frecuentes que otras, si bien intentamos unificar citas para evitarle al paciente desplazamientos y pérdidas de tiempo innecesarios.

Los dientes naturales pueden presentar caries, pérdida de material dentario, problemas periodontales, así como trauma oclusal y hipersensibilidad. Todos estos problemas deben de ser tratados de manera precoz para limitar la necesidad de tratamiento. Y la odontología preventiva nos ayuda a evitar la aparición de alguno de estos problemas, o al menos a minimizar su impacto y a controlar su evolución ralentizándola.

Los implantes muchas veces son los grandes olvidados, al igual que las prótesis. Cualquier estructura presente en boca debe de ser revisada y mantenida, así como todos los tejidos, tanto duros como blandos. Especial mención e el caso de la patología de la mucosa oral y la importancia de la detección precoz del cáncer oral.

Con la periodicidad que el equipo implantólogo – odontólogo rehabilitador  determine para cada caso, se citará al paciente para revisión de sus prótesis y en el caso de las coronas y prótesis fijas sobre implantes, se desatornillarán y se limpiarán tanto la prótesis como los implantes.

Sensibilidad dental

Cada vez vemos más casos de pacientes con hipersensibilidad dental, tanto en niños como en adultos. En los casos más leves los pacientes refieren que sólo lo notan en la clínica cuando les “tocamos” los dientes o en algunos tratamientos, en otros casos les impide tomar alimentos y bebidas muy fríos o ácidos. Pero hay casos más extremos en los que hay sensibilidad ante estímulos mucho más leves como el propio cepillado dental y en niños muy pequeños que aún no se pueden comunicar llega a limitar la alimentación.  También es importante tratar la hipersensibilidad temporal que a veces aparece durante un blanqueamiento dental. 

Existen en la actualidad productos que reducen dicha hipersensibilidad y ayudan a controlarla. Desde pastas, colutorios y geles de venta en farmacia hasta de aplicación en consulta. La mayoría de ellos consiguen resultados a medio plazo, por lo que la constancia es clave, y el asumir que no vamos a obtener resultados inmediatos.

Siempre empezaremos por la terapia más conservadora e intentaremos un control con productos de farmacia. Pero siempre guiados de nuestra prescripción (según el tipo de problema recomendaremos uno u otro) y la pauta que establezcamos. El modo de uso también es importante. Lo que solemos hacer después de cepillarnos con un dentífrico suele ser enjuagarnos después. Si esto lo hacemos con agua estaremos perdiendo muchas de las propiedades de la pasta que hemos utilizado, es como darse crema hidratante y ducharse después. Aplicar los geles desensibilizantes y demás productos en las férulas de retención o en los alineadores de los pacientes de ortodoncia ha demostrado aumentar la eficacia de estos tratamientos, porque, a pesar de estar formulados con una presentación bio-adhesiva, no cabe duda que dentro de un aparato que cubre los dientes van a tener un contacto aún más estrecho.

El mecanismo de acción por la que la mayoría de estos productos actúa es por reducción del impulso nervioso causante de la sensación dolorosa por mediante el nitrato potásico. Además, suelen llevar combinado flúor que también ayuda por su acción remineralizante (además de preventiva de caries). Hay otros que en lugar de con flúor se combinan con hidroxiapatita. En la clínica evaluáremos cuál es la mejor combinación y os daremos las pautas a seguir, ya que flúor e hidroxiapatita no deben de usarse juntos, ya que el flúor impedirá la acción de la hidroxiapatita (aunque no van combinados en el mismo producto puede que el paciente se aplique este gel y use pasta o colutorio con flúor). El consejo médico es imprescindible. Además de monitorizar al paciente para ver la evolución y la necesidad o no de hacer un tratamiento en clínica o de realizar odontología conservadora y reparadora en algunas zonas de algunos dientes.

Incluso después de haber empleado tratamientos de aplicación tópica domiciliaria, puede ser necesaria la aplicación localizada en clínica, focalizada en ciertas partes del diente, normalmente donde hay alguna microfisura (por bruxismo en la mayoría de los casos) o en el cuello dentario (al producirse recesión de encías queda expuesto el cuello del diente o incluso parte de la raíz). Esa zona es más sensible ya que no está recubierta de esmalte sino de cemento, que es un material más poroso y más blando, por lo que se erosiona con más facilidad. Por eso suele ser necesario la aplicación directa de barnices protectores.

Cuando el desgaste se produce en las caras masticatorias empleamos otro tipo de terapia, desde la completa restauradora mediante obturaciones e incrustaciones y overlays hasta recubrimiento oclusal protector en los casos que aún no se van a rehabilitar completamente. 

Casi todos estos barnices están compuestos de fluoruros. En niños disponemos también de fluoruro diamino de plata que nos ayuda en el control de la sensibilidad aumentada como en el manejo de lesiones incipientes de caries, gracias a su poder cariostático (evita en muchos casos en niños tener que realizar tratamientos mucho más extensos en piezas deciduas, tiene sólo el inconveniente de producir un oscurecimiento de la zona).

Remineralizar el diente ayuda a reducir la hipersensibilidad. Aportar minerales al diente no es sencillo, pero hoy en día disponemos del mineral del que está compuesto el esmalte: la hidroxiapatita. Es un material biológico que representa el mayor depósito de calcio en el organismo y también en el diente. Aunque no es soluble, sí se disuelve por ataque de ácidos, al descender el pH por debajo de 5.5, como los que generan las bacterias causantes de la caries. El ion fluoruro refuerza los dientes al unirse al calcio, formando una molécula más resistente.

Pero lo ideal es poder aportar al diente ese mineral que ha ido perdiendo. Y esto podemos conseguirlo hoy en cierto grado mediante el uso de esponjas de nanohidroxiapatita: se ha conseguido sintetizar en una partícula muy pequeña, tamaño nano.

Se aplica a través de unas esponjitas con las que frotamos la superficie dentaria. Las empleamos tanto en clínica después de ciertos procedimientos (stripping en ortodoncia, al cementar brackets o ataches, en pacientes desmineralización), como en casa por parte del paciente.

Para ello ofrecemos un protocolo Repair enfocado a pacientes con manchas blancas leves o halos de decalcificación. Se trata de una terapia de 4 semanas en las que revisamos la evolución del paciente tanto en mejora de la sensibilidad como en atenuación de las manchas. Conseguimos buenos resultados en casos leves. En casos moderados obtenemos mejora estética más leve pero sí estamos fortaleciendo el diente con el aporte de mineral, y lo tomamos como paso previo a otras terapias restauradoras.

No siempre que aportamos minerales conseguimos el cambio estético buscado, porque los nuevos cristales de minerales se pueden disponer de manera diferente a la del esmalte normal, y esa disposición más errática reflejará la luz de una manera diferente y de ahí la percepción de la mancha blanca.

Prevención y mantenimiento

Como en cualquier otra disciplina médica la prevención es la clave en muchas patologías: ayuda a prevenir la aparición de algunas, reduce el daño que causan otras y contribuye al diagnóstico temprano. En Ortodoncia MGD apostamos firmemente por esta área de nuestra actividad, con enfoque en todas las edades y para todos los miembros de la familia. Desde el programa preventivo CuíDaTe para los pequeños de la casa, pasando por los controles de mantenimiento tanto generales como periodontales, hasta el screening en cáncer oral.

Una evaluación integral del paciente tiene que incluir desde el historial médico, hábitos, tratamientos previos y antecedentes familiares, hasta la evaluación actual y el establecimiento de los niveles de riesgo para las distintas patologías para ese paciente en concreto. Y en función de todo ello estableceros algo que va más allá del tratamiento en sí (con el que resolvemos el problema actual): un programa periódico de citas y un mantenimiento de la salud dental global aportando consejos, nuevas terapias y revisiones individualizadas.

Con el programa CuíDaTe evaluamos al niño en su riesgo de caries. Instruimos a la familia en la importancia y eficacia de la prevención y del establecimiento de correctos hábitos, tanto de higiene como de dieta. Analizamos todos ellos junto a otros datos como el pH de la saliva, la capacidad buffer para neutralizar ácidos de la misma, el nivel bacteriano, la estructura dentaria…

Y en función del riesgo que establezcamos el paciente seguirá un tipo de programa con tratamientos y productos especiales

Cuando un diente tiene una estructura más débil de lo normal debemos vigilarlo. A veces afecta a un diente, pero es más frecuente que sean varias piezas las afectadas.

En esos casos emplearemos técnicas que reparan y a la vez protegen de cara al futuro.

Muchas son técnicas que empleamos también en el tratamiento de la hipersensibilidad.

Los dos grandes componentes de estos tratamientos son los fluoruros y la hidroxiapatita. Aplicados de manera tópica obtendremos resultados a medio plazo. Pero no sólo van a fortalecer el diente y repararlo, sino que van a ayudar al paciente a tomar consciencia       del problema y cuidar y proteger toda su boca.

 

Dos de los tratamientos reparadores menos invasivos que realizamos son el tratamiento con resinas infiltrativas o Icon y el otro remineralizador con fluoruro diamino de plata, que además tiene la capacidad de prevenir lesiones futuras e incluso revertir lesiones incipientes por su poder cariostático.

 

Resinas infiltrativas Icon, empleado tanto en caries incipientes, tanto en la cara vestibular (la visible del diente) como en la zona interproximal: entre diente y diente, donde comienzan muchas caries que terminarán en endodoncia o incluso en implante. Esa zona de contacto entre diente y diente no se limpia con el cepillo dental por ser el espacio poco accesible y menor que las cerdas del cepillo. Ésta es la zona para controlar con seda dental, pero a muchos pacientes le cuesta empelarla.

Se trata de un tratamiento micro-invasivo para tratar caries incipientes que aún no han producido cavitación y que no han sobre pasado el esmalte.

Para diagnosticar todas estas lesiones utilizamos no sólo radiografías intraorales (periapicales y de aleta) convencionales, sino transiluminación (para ver la extensión de la mancha blanca y su pronóstico de resolución estética con estos materiales) y con tecnología láser como la cámara Diagnocam que nos permite ver la estructura dental interna en modo 3D y así visualizar la extensión exacta de la lesión, sin ningún efecto secundario y sin usar radiaciones ionizantes.

 

Estas resinas son altamente viscosas y se absorben por la fuerza capilar en el sistema poroso de la lesión del esmalte. Infiltra el sistema, lo estabiliza y evita la penetración de ácidos cariogénicos, previniendo de esta forma la progresión de las caries. No se lesiona el tejido sano.

En el tratamiento de la mancha blanca seguiremos varios pasos siempre que se pueda: remineralziación con aplicación tópica, blanqueamiento (una mancha blanca sobre una pared amarilla resalta más que sobre una pared de otro blanco). Con esto las manchas muy leves pueden desaparecer, otras se matizan suficientemente y el paciente ha recuperado una estética aceptable, pero hay otras que requieren de más tratamiento estético. Antes de llegar a hacer una obturación estética o incluso una carilla de composite o de porcelana, hoy en dúa empleamos la infiltración con resina para seguir matizando la mancha blanca. Sólo cuando después de varias aplicaciones ya no ganemos más matización, entonces optamos por restauraciones más extensas o agresivas.

Como parte de nuestro programa preventivo, realizamos visitas periódicas para control de encías. En ellos evaluamos la inflamación gingival, índice de placa dental, sangrado… y revisamos con el paciente las técnicas de higiene adecuadas para su caso y las que realmente va a ser capaz de emplear.

Por tanto, nuestras citas de “limpieza” son más que eso, son sesiones de motivación e higiene. Nuestras higienistas van a preocuparse de que los casos no evolucionen hacia un problema más serio que simplemente una gingivitis.

La estabilidad de un tratamiento de ortodoncia comienza desde que se realiza el diagnóstico y el plan de tratamiento, pero una vez terminado es importante hacer unos controles periódicos (nosotros los hacen os al mes, a los tres meses y luego cada 6 meses hasta 5 controles durante un período de dos años tras terminar el tratamiento activo de ortodoncia).

Estos controles nos permiten revisar la estabilidad de los resultados obtenidos, establecer las pautas de uso y descanso de los aparatos de retención que hemos colocado, así como su correcto estado. Evaluaremos también cómo se mantiene la boca una vez conseguida una oclusión correcta. Así identificaremos posibles factores de inestabilidad (bruxismo, enfermedad periodontal…) que deben de ser tratados si queremos conservar una boca sana y estable a lo largo de los años, y que sólo el envejecimiento natural actúe sobre ella.

El mantenimiento periodontal es más que una limpieza o higiene. Se lleva a cabo en pacientes que han tenido algún problema periodontal en algún momento.

Solemos emplear para ello el protocolo GBT y una máquina especial para realizarlo. Esto hace que los pacientes fallen menos a sus citas ya que con este equipamiento hemos conseguido reducir las molestias típicas de este tratamiento al regular la intensidad, la temperatura del agua (usamos agua templada ya que muchos de estos pacientes presentan recesiones y dientes sensibles) y el grano del polvo empleado (nuestro objetivo es eliminar placa y tinciones, no necesitamos un polvo tan abrasivo como el que usan otros sistemas. Además, podemos usar distintos tipos según si estamos trabajando en una zona muy sensible como debajo de la encía o en niños.

Una vez que hemos conseguido estabilizar a un paciente periodontal, la clave del éxito del tratamiento es mantenerlo. La enfermedad periodontal se parece mucho a la diabetes: es una enfermedad crónica con períodos de agudización que con un ben control de hábitos y un seguimiento estrecho y periódico por parte del especialista, podemos mantener sin picos agudos durante mucho tiempo. El paciente que experimenta esta mejora después del tratamiento y sigue nuestro programa de mantenimientos durante un tiempo ya no lo abandona porque ha conseguido ver lo resultados.

Queremos acabar con la desesperación de muchos de estos pacientes periodontales que sienten que por mucho que lo intenten siempre van a volver a la casilla de salida. Es cierto que requiere un gran esfuerzo y trabajo de fondo, pero nosotros estamos para acompañar al paciente en ese camino.

Estas revisiones periódicas sin coste nos ayudan a seguir el desarrollo de nuestros pequeños pacientes muy de cerca y actuar de manera inmediata si aparece algún problema que pudiera interferir con su normal desarrollo. En conjunto con el odontopediatra nos encargamos de ir instaurando buenos hábitos y rutinas a la vez que vigilamos la oclusión.

Nada nos da más rabia que cuando nos llegan niños que no han sido revisados y ya es algo tarde para salvar dientes, para evitar tratamientos intervencionistas y ya se ha pasado la oportunidad de hacer ortopedia o una primera fase de ortodoncia. Claro que podemos aún tratarles, pero habría sido más eficaz, sencillo, corto y económico si hubiéramos podido hacerlo en el momento más idóneo.

En cuanto a los hábitos de higiene, cuanto antes se establezcan mejor, y lo que el niño incorpora a su vida como un juego se suele quedar como parte de su rutina. Y en cuanto a los malos hábitos, cuanto antes se eliminen mejor para recuperar la función adecuada y no originar problemas más serios.

Sobredentaduras

Hasta la llegada de los implantes a la odontología las prótesis completas o dentaduras se realizaban directamente sobre los tejidos remanentes. En la mayoría de los casos los dientes se habían perdido bien hace tiempo por caries extensas o fracasos de tratamientos dentales, bien por enfermedad periodontal. En ambos casos se produce una pérdida ósea que hace que el soporte de las prótesis completas sea limitado.

Los implantes nos permiten reforzar ese soporte actuando como unidades de anclaje. Cuando no podemos rehabilitar la boca con múltiples implantes, necesarios para colocar prótesis fijas, podemos optar por una solución como las sobredentaduras. En los casos en los que no se pueden colocar muchos implantes porque no hay suficiente soporte óseo o no es un paciente candidato para mantenerlos, o cuando económicamente no es factible, podemos colocar pocos implantes con una distribución tal que nos permitan anclar una prótesis completa sobre ellos. Este tipo de prótesis elimina la gran mayoría de los problemas de las prótesis completas tradicionales y permiten un cuidado e higiene más sencillo que las prótesis fijas.

Sin embargo, si existe la posibilidad de colocar implantes, incluso si se precisa regeneración ósea, ése será el tratamiento que más recomendaremos en la mayoría de casos, ya que las técnicas actuales permiten rehabilitaciones incluso en los, casos más complejos, los procedimientos son más rápidos y menos incómodos para el paciente, y los resultados son espectaculares. Las sobredentaduras también están indicadas para devolver el soporte labial y de tejidos blandos cuando se han perdido en un paciente edéntulo.

Se denomina así al tipo de prótesis que apoya en dientes y en implantes. No es la prótesis que planifiquemos como primera elección, intentamos siempre buscar combinaciones en la que los apoyos de la prótesis sean similares para que la distribución de las fuerzas sea más uniforme, tanto para la duración y funcionamiento de la prótesis como para la preservación de los pilares durante más tiempo.

Pero en muchas ocasiones el paciente ya presenta implantes y pierde uno de los dientes adyacentes. Si en la zona de la pérdida no se puede colocar un nuevo implante (normalmente por déficit severo de hueso y otros tejidos de soporte o por falta de espacio entre las raíces dentarias y el implante ya presente (necesitamos un margen de seguridad para colocar un nuevo implante, a pesar de que hoy en día contamos con implantes de diámetros muy pequeños), puede ser la mejor opción colocar una prótesis fija anclada a implante en un extremo y a diente natural en el otro.

Re-endodoncia

Se realiza cuando un diente endodonciado sigue presentando síntomas tales como dolor o signos radiográficos que nos hagan pensar de que la endodoncia realizada no ha sellado totalmente el diente. Si el resto de la estructura dentaria tiene buen pronóstico, al menos a corto o medio plazo, y si creemos que podemos rehacer esa endodoncia y sellar zonas accesorias y eliminar más tejido lesionado que ha podido quedar remanente, éste es el tratamiento de elección.

Consiste en eliminar el material restaurador previo del canal radicular, limpieza del mismo y obturación de nuevo. Para que este segundo tratamiento tenga mayores posibilidades de éxito es importante que sea realizado por un endodoncista. Este especialista maneja técnicas avanzadas tanto para retirar la restauración antigua como para realizar el nuevo tratamiento sobre un diente que es más delicado: endodoncia rotatoria con motor, obturación en caliente… Hay casos de gran complejidad que pueden precisar de tratamiento con ayuda de microscopio dental. La limpieza del canal radicular mediante láser también es una ayuda adicional. Tecnología y equipamiento.

A pesar de haber realizado un tratamiento endodóntico o incluso una re-endodoncia, si la lesión producida en el hueso por el foco de infección no termina de desaparecer, puede ser necesario intervenir directamente sobre la zona donde se ha localizado el foco de infección que no termina de resolverse. Es alrededor del ápice dental (el final de la raíz) dónde se suele producir un granuloma o quiste que va reabsorbiendo parte del hueso.

La apicectomía consiste en acceder a esa zona y eliminar los últimos milímetros de la raíz, realizar una obturación retrógrada (empaste) directamente en esa zona de manera que nos aseguremos el sellado de la misma. En el mismo procedimiento se elimina el quiste y se limpia la zona del hueso para que desaparezca la infección y poco a poco se vaya regenerando el hueso perdido.

El blanqueamiento interno es el procedimiento por el que se devuelve el color natural al diente, perdido por efecto de un traumatismo antiguo o por restos del material de restauración empleado en la realización de una endodoncia antigua o incluso por restos del material biológico del diente, que desde que se produjo la lesión hasta que se restauró el diente pudo ir penetrando a través de los túbulos dentinarios. Son cambios de coloraciones desde el interior del diente. Por eso tratamos desde el interior.

Sólo podemos realizar este tipo de blanqueamiento en aquellos dientes que han sido sometidos a un tratamiento endodóntico o aquellos dientes no vitales que tienen una calcificación total del conducto radicular. Si el diente es aún vital (tiene un nervio y capilares funcionales, “vivos”) no podemos utilizar esta técnica ya que el producto blanqueador en contacto directo con la estructura interna del diente causaría la pérdida de esa vitalidad.

El objetivo de este blanqueamiento es recuperar el color natural de ese diente igualándolo al resto de los dientes de ese paciente. Puede que además precise de un blanqueamiento externo si lo que queremos es aclarar el tono de todos los dientes o recuperar el tono que se ha perdido por agentes como colorantes, apretamiento. Blanqueamiento.